Una forma habitual de enseñar el subjuntivo es plantearlo de la siguiente manera: usamos el indicativo para hablar de las cosas reales, concretas y el subjuntivo para hablar de las hipótesis, lo irreal, la duda. Es entonces cuando nos encontramos las siguientes oraciones:
- Creo que el resultado de la ecuación es 120 o 180. (Hipótesis)
- No sé si estoy enferma o solo cansada. (Duda)
- Soñé que un unicornio bebía del río. (Irrealidad)
En todos los casos estamos usando indicativo, así que la norma no está funcionando. Entonces llega el momento de hablar de excepciones y de llenarnos la cabeza de listas que acaban confundiéndonos.

Sin embargo, el subjuntivo es lógico (¡y muy útil!). Nos ayuda a decir cosas muy distintas y a aportar matices a lo que queremos comunicar. A lo largo de varias entradas vamos a ir viendo cómo funciona.
En esta entrada vamos a ver cómo usar el subjuntivo cuando queremos expresar qué queremos o qué quieren otras personas y cuáles son nuestros objetivos o los de otros.
Para empezar, es importante que sepamos que usamos el indicativo para declarar (cuando digo «Me llamo Anselmo y tengo 89 años» estoy declarando, efectivamente, mi nombre y mi edad) y el subjuntivo para hablar de ideas virtuales (cuando digo «Quiero que compres pan» no estoy declarando que has comprado pan sino que quiero que lo hagas). Por todo ello, cuando queremos expresar deseos y objetivos tenemos que usar el subjuntivo: lo que queremos o a lo que aspiramos siempre va a ser una idea virtual.
- Quiero que me des tarta (No estoy declarando que «me das tarta», sino que deseo que lo hagas).
- Necesito que compres harina para hacer tarta (No estoy declarando «has comprado harina», sino que necesito que lo hagas para hacer la tarta).
Sin embargo, tenemos un segundo problema. ¿Por qué a veces usamos el subjuntivo y otras veces el infinitivo? Observa las siguientes oraciones. ¿Qué diferencias encuentras?

- Quiero comer tarta
- Quiero que comas tarta
- Hay que comer tarta para que no se ponga mala
- Es necesario que te comas la tarta para que no se ponga mala
Efectivamente, en la primera oración estamos usando el infinitivo porque el sujeto del verbo principal y el del verbo subordinado son el mismo:
- Quiero (yo) comer tarta (yo).
En la segunda oración, sin embargo, el sujeto cambia:
- Quiero (yo) que comas tarta (tú).
Algo parecido ocurre en las otras dos oraciones, en la tercera no hay un sujeto claro, así que usamos el infinitivo:
- Hay que comer (cualquiera, todos) tarta para que no se ponga mala.
En la última oración, sin embargo, sí que estamos especificando qué persona tiene que hacerlo:
- Es necesario que te comas la tarta (tú) para que no se ponga mala.

Queremos hacer una maravillosa tarta de cinco pisos y con flores comestibles decorándola. Es una tarea difícil, así que nuestra profesora de cocina nos va a dar una serie de instrucciones. Usa que+subjuntivo cuando sea necesario. ¡Puedes contarme tus respuestas en los comentarios!
- Hacer cinco capas de bizcocho → Tienes que…
- Enfriar los bizcochos antes de poner la crema → Te aconsejo que…
- Cubrir las cinco capas con crema → Hay que…
- No hacer las flores antes de terminar el montaje de la tarta → Es fundamental que…
- Hacer las flores con mucho cuidado → Te aconsejo que…
- Colocar las flores con delicadeza → Es importante que…
- No espolvorear azúcar, queda muy mal → Te prohibo que…
- Dejarme probarla cuando termines → Quiero que…

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2 respuestas para “El subjuntivo: deseos y objetivos”