Ya hablamos de qué son las oraciones condicionales en esta entrada. Como ya dijimos, las oraciones condicionales expresan distintas cosas dependiendo de los tiempos verbales que empleemos. Por ese motivo, tenemos tres tipos de condicionales.
En este caso vamos a ver el segundo tipo de condicionales. Vamos a ver el ejemplo capitalista típico:

Si tuviera mucho dinero me compraría un castillo
- La primera parte de la oración «Si tuviera mucho dinero» es la que expresa la condición. En este caso usamos el imperfecto de subjuntivo porque lo vemos como algo lejano, poco probable, una idea virtual.
- La segunda parte de la oración «me compraría un castillo» expresa la consecuencia de esta conclusión. En este caso hemos usado el condicional simple porque estamos planteando una hipótesis, no tenemos un gran compromiso con la idea de comprar un castillo. Como veremos a continuación, dependiendo de qué queramos expresar en esta segunda parte podemos jugar con los distintos tiempos verbales.
En realidad, como sucede con casi todas las cosas en gramática, tenemos bastante más libertad de la que pensamos a la hora de usarla. Es importante entender esto. La gramática no son unas reglas fijas que solo podemos usar de una manera. La gramática, igual que el léxico, nos sirve para expresar ideas llenas de matices. Dependiendo de lo que queramos decir y de cómo queramos decirlo usaremos unas estructuras u otras.
En esta entrada vamos a ver las diferentes combinaciones posibles usando siempre el imperfecto de subjuntivo en la condición.
Si + imperfecto de subjuntivo + condicional simple
Es la forma más habitual de este tipo de condicional y la que primero aprendemos. Puede tener distintas funciones.
Dar consejo
Hay muy distintas formas de dar consejo. Podemos usar el imperativo, las preguntas retóricas o estructuras como «Yo que tú + condicional». Este tipo de condicionales es una de ellas.

Imaginemos, por ejemplo, que una amiga nuestra lleva mucho tiempo con problemas de ansiedad. Podríamos decirle esto:
- Si yo fuera tú, buscaría un buen psicólogo.
- Si estuviera en tu lugar, empezaría a hacer yoga.
Situaciones imaginarias en general
Usamos esta estructura para hablar de aquello que no creemos que vaya a suceder, para hablar desde la hipótesis y crear realidades alternativas.
- Si fuera un unicornio, me gustaría tener alas (Esta es una situación imposible, pero fantaseamos con ella).
- Si me tocara la lotería, sería bastante feliz (Esta es una situación que puede llegar a darse, pero es muy poco probable).
Pedir favores
Cuando queremos pedir un favor es probable que queramos hacerlo de forma educada. Una de las estrategias de cortesía que usamos en español es alejar, metafóricamente, la experiencia. Eso lo hacemos a través de distintas estrategias (usar el pasado o el condicional simple, por ejemplo).

En este caso, usamos esta estructura para no comprometer a la persona a la que le estamos pidiendo el favor:
- Si mañana tuvieras tiempo, ¿podrías ayudarme con la mudanza? (Dejamos claro que no damos por hecho que la otra persona tiene tiempo).
- Si fueras tan amable, ¿querrías traerme un poco de agua? (De nuevo, no queremos darlo por hecho. La estructura «Si fueras tan amable» es habitual en español).
Si + imperfecto de subjuntivo + presente
Como ya hemos dicho, la estructura más habitual es la anterior. Sin embargo, a veces queremos expresar algunos matices. Para ello, podemos usar el presente en la segunda parte de la oración.
Observemos las siguientes frases:
- Si me tocara la lotería, me compro una casa
- Si yo fuera tú, dejo el trabajo
En estos dos casos queremos expresar que es muy poco probable que nos toque la lotería y que es imposible que yo sea tú, por eso usamos el imperfecto de subjuntivo. Sin embargo, queremos dejar claro que lo que viene después es al 100% lo que haríamos. Estamos seguros de que nos compraríamos una casa o de que dejaríamos el trabajo. Por eso usamos el presente, para enfatizar y matizar nuestro grado de compromiso con lo que estamos diciendo.
Hemos dicho que usando el imperfecto de subjuntivo en la primera parte (si yo fuera tú) estamos expresando una situación irreal. Sin embargo, la gramática es mucho más flexible que la realidad. Si queremos aumentar aún más nuestro grado de compromiso con lo que estamos diciendo podríamos tener la siguiente situación:
Imagina que una amiga nos cuenta que ha tenido un accidente de coche. El accidente ha sido culpa del otro conductor. Sin embargo, el otro conductor se enfada con nosotras, nos grita y es, en general, un maleducado. Podemos ponernos en el lugar de nuestra amiga y decir:

- Yo soy tu y le mando a la mierda
- Si yo soy tú, le mando a la mierda
¿Quiere decir esto que nos vamos a transformar en nuestra amiga? No, lo. que estamos expresando es que tenemos el grado máximo de empatía con su situación.

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2 respuestas para “Oraciones condicionales II”